El consumo de drogas es un problema social y de salud pública que afecta a millones de personas en todo el mundo. A menudo, la adicción comienza de manera inadvertida, a partir de hábitos o comportamientos que, en un principio, pueden parecer inofensivos. Comprender qué prácticas y situaciones incrementan el riesgo de consumir sustancias es clave para la prevención.

El uso frecuente de alcohol o tabaco

El alcohol y el tabaco son sustancias legales, pero pueden ser la puerta de entrada hacia el consumo de otras drogas. El uso frecuente de estas sustancias, especialmente en contextos sociales, puede generar una disminución en la percepción de riesgo hacia otras drogas.

La automedicación

El hábito de automedicarse, especialmente en situaciones de dolor o estrés, puede generar una dependencia peligrosa de medicamentos que en muchos casos son sustancias psicoactivas. Los analgésicos opiáceos, como la morfina o el fentanilo, son medicamentos que, si no se usan bajo prescripción médica y con supervisión, pueden generar una adicción grave.

Dibujo de puño cerrado con personas alrededor y donde se lee la palabra motivation

La presión social y el entorno

Muchas veces, el entorno social juega un papel clave en la iniciación al consumo de drogas. Aquellas personas que suelen rodearse de amigos o compañeros que consumen drogas, o que frecuentan ambientes donde su uso es común, son más propensas a probar sustancias. La presión por encajar o sentir que deben imitar el comportamiento del grupo puede generar un hábito de consumo que, con el tiempo, puede evolucionar hacia una adicción.

Búsqueda constante de nuevas experiencias o emociones

Algunas personas tienen una tendencia natural a buscar sensaciones extremas o nuevas experiencias, lo que se conoce como «búsqueda de sensaciones». Este deseo de emociones fuertes puede llevarlas a experimentar con drogas, especialmente aquellas que prometen un estado alterado de conciencia o una experiencia sensorial diferente. Si bien este rasgo no es intrínsecamente negativo, la búsqueda de emociones intensas a través de sustancias peligrosas puede generar una espiral hacia la adicción.

Uso excesivo de tecnología y redes sociales

El uso excesivo de tecnología, como los videojuegos o las redes sociales, puede crear una desconexión emocional con la realidad. Las personas que pasan muchas horas en estos entornos digitales pueden desarrollar una baja tolerancia a la frustración o al aburrimiento, lo que las predispone a buscar escapes rápidos a través del consumo de drogas.

Manejo inadecuado del estrés y la ansiedad

Uno de los motivos más comunes que llevan al consumo de drogas es la incapacidad para manejar el estrés y la ansiedad de manera saludable. Las personas que recurren a las drogas como una forma de automedicación emocional encuentran un alivio temporal, pero a largo plazo esto solo exacerba el problema.

La prevención es clave, y esto implica no solo educarnos a nosotros mismos, sino también apoyar a quienes están en situaciones vulnerables antes de que el consumo de drogas se convierta en una realidad.

Los hábitos que pueden conducir al consumo de drogas a menudo están relacionados con la forma en que lidiamos con el estrés, las emociones y las presiones sociales. Al identificar estos comportamientos y tomar medidas para cambiarlos, podemos reducir significativamente el riesgo de desarrollar una adicción.
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