En ocasiones, las adicciones de conducta pasan desapercibidas, escondiéndose en las sombras de la vida cotidiana. A menudo, ni el afectado ni su entorno cercano sospechan del problema hasta que ya es demasiado tarde. El juego tiene un poder adictivo único, ya que desafía la lógica y envuelve la mente en una excitante ilusión. A medida que se acumulan pérdidas, la confusión cognitiva lleva a creer que se puede recuperar todo o ganar una fortuna.

Aunque la adicción al juego y los problemas financieros no están necesariamente ligados, con frecuencia, esta adicción impacta directamente en la economía familiar. Las deudas se acumulan, y la familia se enfrenta a dos angustias: la carga económica y la adicción del ser querido.

Reconocer que la adicción al juego es una enfermedad, a menudo se vuelve un laberinto. Los familiares suelen darse cuenta demasiado tarde, cuando el ludópata ya está en una fase avanzada. Mientras tanto, el adicto no se rinde y busca desesperadamente recuperar las pérdidas.

Este camino oscuro lleva al aislamiento, al abandono de responsabilidades y a alteraciones emocionales. La ludopatía puede causar ansiedad, depresión, irritabilidad y, en casos extremos, afectar el entorno laboral.

Las complicaciones económicas se entrelazan con los problemas personales, y el estigma social que rodea a la ludopatía puede provocar vergüenza. Pero hay una verdad fundamental: es difícil superar esta adicción sin ayuda profesional.

En nuestro centro de desintoxicación Instituto Ágora Huelva, te ofrecemos la oportunidad de ganar la batalla contra la ludopatía. Nuestra terapia es individual y exclusiva, diseñada para minimizar las recaídas. No nos limitamos a tratar la adicción; trabajamos contigo para identificar las raíces del problema.